Hoy nos acompaña un ser excepcional por su naturaleza aventurera, crítica,
elocuente y, por sobre todas las cosas, sagaz.
Un hombre que ha sabido atravesar generaciones más allá de los cambios
de los estándares culturales, educativos y sociales de una Humanidad que lo ha
visto crecer con el paso del tiempo y de esa manera llegar a cada uno de
nuestros corazones y mentes con el filo de su perfil creativo, inteligente,
locuaz y solidario.
Su personalidad supo trascender los medios de comunicación para pasar a formar
parte de nuestras familias, ganándose el cariño de chicos, el amor de las
mujeres y la incomprensión de los hombres que no supieron ver en él un modelo a
seguir sino uno para envidiar según las limitaciones personales de cada uno de
ellos.
Un ser humano de excepción, de esos de los cuales quedan muy pocos en el
planeta. Alguien que ha demostrado su gratitud con esta vida que ha sabido
premiarlo con el don de carácter público, seguido por las masas, respetado y
alabado por todos.
Es grato darle la bienvenida a un ser majestuoso, único. Una persona
humilde a pesar de haber viajado por el mundo y haber estado en los lugares más
recónditos de nuestro país. Un hombre público que ganó el respeto del Uruguay,
de América, del mundo y quizá, por qué no, del universo. Los conmino a quedarse
y compartir un momento que de seguro quedará guardado en un lugar especial de
su memoria, ese lugar destinado a los grandes acontecimientos de nuestras
vidas. No hace falta decir más para presentar a este genio, cuasi-dios de la
cultura nacional, recibimos con un fuerte aplauso a... El Colorado de Omar
Gutiérrez.