miércoles, 22 de febrero de 2012

Comienzos...

Luisito llegó a su casa después del cole. Se puso sus zapatillas favoritas, comió facturas y le pidió a su madre que le preparara la leche. Ésta escuchó la solicitud de su hijo y se dispuso a preparársela.
A los pocos minutos, una rica taza de chocolatada estaba sobre la mesa. Luisito fue a tomarla y en el apuro por irse a jugar con los otros chicos que lo esperaban ya sin guardapolvos, se llevó la taza a la boca sin darse cuenta de que la leche estaba muy caliente. Fue así que comenzó una serie de insultos para con su madre. Ella le contestó y lo puso en penitencia por la falta de respeto cometida segundos antes.
El joven Ventura llamó a su abogado desde el cuarto y consiguió un bozal legal para que la madre no pudiera volver a referirse sobre él en público. A la vieja, pocos días después, le llegó la carta documento.