jueves, 24 de febrero de 2011

Calentamiento global



Hacía años de la última misión de los Planetarios. La última discusión entre ellos se había salido de control cuando Ma-Ti le dijo a Kwame que el mundial nunca se iba  a hacer en Sudáfrica y este último le contestó  “andá a hacerte dar, sudaca del orto”. Después de eso las cosas no fueron iguales nunca más y las aguas quedaron divididas. Bueno, no solo las Aguas, sino también el Viento, la Tierra, el Fuego y el Corazón. Así cada uno de los defensores del Planeta arrancó para sus pagos. 
Gi se fue arriba de una ballena hasta la costa de Japón.  Luego de eso fue detenida por las autoridades porque se descubrió que usaba sus poderes para volver estúpidos a los delfines (valga la redundancia) y vendérselos a Mundo Marino para que hagan trucos amorales como cambiar lamparitas y arreglar los asientos. Uno de ellos era quien atendía el local de souvenirs. Finalmente la dejaron salir por buena conducta y por una módica suma de dinero que consiguió gracias a su abogado, una morsa con bigote falso y un portafolio lo que hacía que nadie desconfiara de su origen acuático.
Por su parte, Wheeler había vuelto a Norteamérica. Pero no a EE.UU. como todos podríamos suponer. Se fue a vivir a México, donde instaló un local de comida picante con un amigo que había conocido durante sus viajes de rescate. Claro, se ahorraba pila de guita ya que en el local de comida no pagaba gas, ni leña, ni nada relativo a la creación y conservación del fuego. La macana fue que tiempo después, en un momento de descontrol sexual provocó fuego dentro del local. Sí, para ese entonces ya había asumido su homosexualidad y le había confesado su amor  al socio mexicano. Perdió todo lo que había conseguido y tuvo que ponerse a laburar en nuevas empresas. La que le daba más rédito era venir una vez por año a Uruguay y tirar fuegos artificiales desde una playa montevideana. La multinacional de refrescos no pagaba tanto pero le daba como para comprar la comida diaria. La conseguía cruda, cocinarla nunca fue inconveniente.
Linka volvió la Unión Soviética… Las cosas ya no eran como antes. Ni siquiera el nombre seguía siendo el mismo. Esto le provocó grandes conflictos. Dicen las malas lenguas que eso fue lo que hizo que la encerraran en un manicomio de Chelíabinsk. Desde ahí y a causa de la ira y frustración acerca de sus derribadas ideas comunistas comenzó a lanzar puteadas al viento. Ojo, cuando hablo de “puteadas al viento” me refiero a fenómenos que luego recibieron nombres de personas (Katrina fue un berrinche que se le fue de las manos cuando se cruzó con una tormenta tropical). A ella le debemos expresiones tales como “se ven venir malos vientos” o “entra un chijete de la masita”.
El africano Kwane, luego del entredicho volvió a su tierra de origen y se puso en campaña para lograr taparle la boca a su ex compañero de aventuras. Tanto así que movió sus contactos en la FIFA. Dicen que Blatter tuvo que ceder cuando el otrora planetario le dijo que si no quería que su modesta mansión de unos cuantos millones de euros en Suiza sucumbiera ante los movimientos sísmicos debería activar los trámites para realizar el mundial de 2010 en su continente. Déjenme reír de los ingenuos que creen que Mandela tuvo algo que ver. Inocentes…
Y por último, Ma-Ti se instaló en un pueblito de Canelones, alejado de la ciudad. Cuando se enteró que Kwane se había salido con la suya se chupó bastante. Tanto así que prometió vengarse. Y tan mal no le fue. Desde ahí usó su poder del Corazón. Agarró a un joven y prometedor talento deportivo que pecaba de ególatra, falso y engreído: es decir, un sorete. Lo volvió un tipo gentil, humilde y con gran sinceridad. Después de esto Lugano llegó a ser capitán de la selección uruguaya, la cual en el mundial le rompió la cola a la sudafricana en la que tanto había invertido energías el africano. “Bafana, bafana y la puta que te parió” se escuchó desde la tribuna donde se encontraba la hinchada celeste del Loftus Versfeld Stadium. Kwane miró para otro lado resignado, mientras que Mandela levantó el dedo mayor de su mano derecha y gritó “fuck you, indiecito”.

viernes, 18 de febrero de 2011

Las comparaciones no siempre son odiosas

Porque cuando digo lo que siento por vos no me alcanza con dos palabras, me veo en la necesidad de establecer algunos símiles que den cuenta sobre lo que verdaderamente hago referencia. A saber:
  • Te deseo como Alf, a Suertudo, para comerte aunque sea en una forma nada gastronómica
  • Me encantás como los milicos, a García Pintos.
  • Te necesito como Ventura, a los mensajes de texto de sus contactos durante el programa.
  • Me enloquecés como su forma de ser, a Los Auténticos Decadentes.
  • Te adoro como los Peirano, a Gonzalo Fernández.
  • Me alucinás como la noche, a Trotsky Vengarán.
  • Te pienso como Movistar, en nuevas formas de cagarte con el contrato.
  • Me gustás como a Vilar, mostrar gente descuartizada.
  • Te sueño como MTV, con la independización de las empresas discográficas.
  • Me excitás como la parte de lencería de la revista Nuvó, a un gurí de trece años.
  • Te extraño como el "Pato" Sosa, encajar patadas en el pecho.
  • Me hacés falta como el talento, a Zulma Lobato.
  • Te amo como Freddie Mercury still loves us.

jueves, 10 de febrero de 2011

Cuestión de honor

Me siento un Indiana Jones citadino en busca de ese objeto único y preciado. Y debería estar hablando de alguna reliquia milenaria, o el Santo Grial, o algo por el estilo. Pero no, hablo de una melódica. Para los que no tienen claro qué es este objeto, les digo que es como un teclado de dos o tres octavas, el cual se toca soplando por una boquilla. Nada del otro mundo. Para que se ubiquen en el sonido, es lo que toca el "Enano" de la Vela Puerca y que se escucha varias veces en Mi Semilla
Lo explico porque no todo el mundo sabe el nombre. Es más, en mi primera consulta tuve que decir "el pianito ese que se sopla por una manguera" mientras que con mis manos simulaba tocarlo. La cara del vendedor fue de "qué imbécil" y me aclaró cuál era el nombre de dicho instrumento musical. Sí, medio vergonzoso; pero más vergüenza debería darles a los vendedores que me preguntaron "¿Lo qué? ¿Qué es eso? Ahhh el pianito ese que se sopla por una manguera" mientras que con sus manos simulaban tocarlo. Igual no pedí el libro de quejas, al fin y al cabo era una simple melódica que iba a poder encontrar en cualquier lado. Y en busca de ella me recorrí varias casas de instrumentos musicales. Las primeras respuestas fueron "se nos acabaron", "se acaban de llevar la última" o palabras de esa índole. Ya a lo último fueron tajantes: "No tenemos", "No vendemos"... Digamos, no estaba en El Palacio de la Música pidiendo un capuccino con moka, ni dos metros de satín rosa en Todomúsica. ¡Era una melódica! Es como que vaya a Cattivelli y no me vendan chorizos, o que escuche a Petinatti y no sepa qué va a pasar en la mano, o que vaya a ver a Peñarol y que no termine puteando y/o con los huevos en la garganta.
Y sigo en su búsqueda. No porque sea un músico que la necesita para dar vuelo a su mágica y frondosa creatividad. No. Simplemente porque quiero hacer la partecita que hace el "Enano" en Mi Semilla y porque  tocaron mi orgullo. Es decir, ya se volvió una cuestión de honor. 

martes, 8 de febrero de 2011

Presentación (si es que se merece alguna)

Desocupado lector, acá me ando, innovando en algo que ya está pasado de moda. O al menos que existe desde hace mucho tiempo y que difícilmente alguien pueda tomar como nuevo. Pero al menos llegué... tarde pero llegué. Soy a los bloggers lo que Gorzy a los maratonistas. Cuando el keniata ya llegó a su casa, se dio un bañito y preparó el mate, Sergio aún está por llegar. Aclaración: cuando digo "su casa" me refiero a la casa que tiene en Kenia.
Y en realidad es un impulso que me acaba de dar, y que no sé cuánto más me puede llegar a durar, ya que creo haber dejado en el olvido un par de proyectos parecidos a los cuales mi falta de constancia me ha obligado a abandonar. De seguro mi falta de constancia tenga más constancia que yo, por eso logra lo que se propone (entre otras cosas, que yo abandone los proyectos a los cuales hice referencia).
No soy un escritor prolífero... bueno, no soy un escritor (punto). Pero a veces escribo, no tanto más que la persona que hace la listita para el almacén o el adolescente que se escribe sms con su dragoncita de turno. Para ser realista escribo mucho menos que los jóvenes con sus celulares. Pero al menos evito usar cosas como "q", "xq", "tb", etc. en mis creaciones con cierta pretensión estética. Y que suelen quedar en eso, creaciones con mucha forma y muy poco contenido. Si no fíjense, hace unos cuantos renglones que escribo y la verdad que no he dicho nada relevante. Pero evité escribir cual si fuera un adolescente, ¿o no? No esperemos mucho más que esto.
Al menos intentaré pelearle a mi falta de constancia como Gorzy pelea a Julio Ríos o el keniata pelea con león para que no se lo coma. Es difícil, pero quizá pueda ganarle. Y si alguien se acerca a mi blog en algún momento sepa que no es mucho más que esto lo que puede llegar a encontrar. Después de todo se supone que este trailer lingüístico debería motivarlos a ver la película que serían el resto de los (potencialmente hablando) textos que cree. Y bueno, son los que hay. Después de todo, no soy Cervantes, pero ustedes tampoco han leído "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha". ¿Vieron? No sabían ni que el título fuera tan largo. Así que no me exijan tanto a mí. 
Aclarado esto los invito a deleitarse con El Heraldo de El NarPi, una creación propia o si les gusta más "la propia creación".