viernes, 18 de febrero de 2011

Las comparaciones no siempre son odiosas

Porque cuando digo lo que siento por vos no me alcanza con dos palabras, me veo en la necesidad de establecer algunos símiles que den cuenta sobre lo que verdaderamente hago referencia. A saber:
  • Te deseo como Alf, a Suertudo, para comerte aunque sea en una forma nada gastronómica
  • Me encantás como los milicos, a García Pintos.
  • Te necesito como Ventura, a los mensajes de texto de sus contactos durante el programa.
  • Me enloquecés como su forma de ser, a Los Auténticos Decadentes.
  • Te adoro como los Peirano, a Gonzalo Fernández.
  • Me alucinás como la noche, a Trotsky Vengarán.
  • Te pienso como Movistar, en nuevas formas de cagarte con el contrato.
  • Me gustás como a Vilar, mostrar gente descuartizada.
  • Te sueño como MTV, con la independización de las empresas discográficas.
  • Me excitás como la parte de lencería de la revista Nuvó, a un gurí de trece años.
  • Te extraño como el "Pato" Sosa, encajar patadas en el pecho.
  • Me hacés falta como el talento, a Zulma Lobato.
  • Te amo como Freddie Mercury still loves us.

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