miércoles, 19 de octubre de 2011

Dio dolor

Un conjuro milenario, pacto con el Príncipe de las Tinieblas, había traído del inframundo a uno de sus principales exponentes a poco más de un año de su pasaje al sufrimiento y dolor eterno a la derecha del propio Lucifer. La noche, testigo lúgubre del conjuro, presenciaba la vuelta de Ronnie James Dio. Entre llamaradas y gritos desgarradores la imagen surgió de entre las brasas eternas.
Dio dio unas vueltas (valga la redundancia) y vio en la televisión el nuevo comercial de Pepsi.
Se la rebanó y volvió llorando al Infierno.


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