martes, 7 de febrero de 2017

De 10

Finalmente, en la tercera década del siglo XX, Maradona había resultado electo para presidir la FIFA. Un sinfín de programas deportivos, de chusmerío e incluso culturales se peleaban por tener su palabra casi en exclusividad por lo difícil que se hacía conseguir una nota con Diego sobrio. Su representante se encargaba de seleccionar cuidadosamente sus palabras en cada una de las entrevistas y cada una no podía extenderse más de los diez minutos. Con esa cláusula se evitaba que el nuevo presidente de la Federación realizara declaraciones que pudieran generarle problema alguno, ya que un minuto se tomaría el entrevistador en realizar las preguntas y los otros nueve se repartirían entre "eeeeeehhhhhhh" y "lo hago por Dalma Y Gianinna" sin que las palabras llevaran a algo relevante. Eso era importante ya que el último jefe máximo de la FIFA, Nicolás Rotundo, había sido llevado ante la Justicia en Suiza por confirmar públicamente que el partido de la Final Intergaláctica había sido arreglada. El partido había resultado 3 - 0 a favor del Real Madrid contra Torque.
Diegote ya había acondicionado las instalaciones de la sede en Zúrich para poder llevar a sus treinta y siete hijos (de los cuales sólo había reconocido poco más de la mitad). Bailes, pistas de karting, peloteros, hamacas, un queco, piscinas, canchas de fútbol cinco, casita para el dealer. Todo estaba preparado para una grata estadía al estilo maradoniano.
En el despacho, ahora denominado "La villa Barrilete Cósmico", Pelusa tenía un led 370” en el cual se repetían videos de sus mejores goles, de sus pasos por los diferentes programas en Italia, y de la consagración como ganador de diferentes "Bailando por un sueño". De reojo miraba la última entrega de la revista "Veredeando" donde se hablaba de los problemas que estaba teniendo el astro argentino con su vigésimo cuarta esposa, todos ellos relacionados a cuestiones sexuales, ya que ingeniosamente los titulares jugaban con el verbo "fifar". Le comentó algo irrepetible a Cóppola, quien le pintaba una franja amarilla sobre el pelo teñido de azul. Luego de golpear amablemente la puerta entró una asistente llevando las últimas novedades de sus ideas revolucionarias para el fútbol mundial:
- Señor, tenemos var...
- Sí, nenaaa... Ehhhhh... Decime lo que te dije queee... ehhhh... que me averiguaras primero.
- Claro, con respecto al balón ya hablamos con los técnicos y dicen que es un increíble descubrimiento el suyo y que aumentar 75 gramos el peso ayudará al manejo y la potencia del disparo como usted lo sugirió. Con respecto al tamaño, no podían creerlo cuando después de muchos análisis resolvieron darle la derecha (o la izquierda) en eso de que disminuir 20 centrímetros su circunferencia brindaría facilidades a la hora de crear curvas o llevar a cabo alguna gambeta.
- Muy bien... ¿Y el material?
- En ese punto se llegó a un resultado. Para procurar que el esférico absorba correctamente la fuerza del impacto y que se deslice de la mejor manera sobre el césped, sostienen que lo mejor es mantener el mismo material y descartaron cubrirla con aceites y productos anti adherentes.
- ¡La pelota no se mancha!
- Y sí... se va a manchar. En relación a eso no se le puede hacer nada.

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